abril 12, 2021
La empresa estadounidense Aerofarms, fundada en 2004, llega a Wall Street a través de un fondo SPAC (un fondo constituido para la adquisición de empresas).
El desplazamiento de la producción a países cuya mano de obra es más barata (México, China, India…) ha dejado muchas fábricas vacías entre Nueva York y Filadelfia. Aerofarms, se instaló en una de estas granjas abandonadas y aprovechó el potencial de la construcción para montar un gigantesco invernadero vertical.
Aerofarms produce unas 120 variedades vegetales
Aerofarms está considerada como la empresa líder en el desarrollo de esta técnica de cultivo y su misión es abastecer la actual demanda de alimentos por parte de una población cada vez más creciente.
Además, busca responder a las exigencias de un consumidor más concienciado con la calidad de los alimentos, la explotación de los recursos y el impacto ambiental.
A día de hoy produce unas 120 variedades de vegetales y en un futuro cercano, se espera producir tomates y frutos silvestres.
Estas plantas tienen una peculiaridad con respecto a la agricultura tradicional y es que no necesitan luz natural para el desarrollo de los cultivos.
Se desarrollan en ambientes interiores muy controlados, en la que sistemas informáticos se encargan de gestionar los nutrientes que necesitan, y el ritmo de producción.
El cultivo bajo una luz artificial que implica un menor uso de agua y de productos agrarios, atrae el interés de los inversores porque es un modelo que acerca el campo a las grandes urbes.
Además, es posible que en un futuro, la agricultura vertical ayude a modificar el concepto de lo que se conoce como consumo de proximidad al permitir la venta de productos frescos directamente al consumidor, sin que pierdan sabor, textura y nutrientes y evitando largos recorridos en su transporte.
La agricultura vertical también se desarrolla con éxito en Europa
En un área llamada Taastrup en las afueras de Copenhague (Dinamarca), se desarrolla la granja vertical más grande de Europa, con 7.000 metros cuadrados.
Los cultivos crecerán en estanterías de 14 capas de altura y utilizarán alrededor de unas 20.000 luces LED. Esta granja informa que las verduras se cultivarán utilizando solo un litro de agua por kilogramo de producto, lo que se traduce en una cantidad 250 veces menor que la que usa la agricultura tradicional.
Otros países como Reino Unido, también están desarrollando sus propias granjas de agricultura vertical, como es el caso de Growing Underground que cultiva vegetales y hierbas aromáticas a 33 metros bajo tierra en un túnel subterráneo en el centro de Londres.
Por el momento, los cultivos se limitan a verduras de hoja verde (espinacas, lechuga, col rizada…) y hierbas (perejil, cilantro…).
En España, la empresa Groots también utiliza las técnicas de cultivo hidropónicas para cultivar en el centro de Barcelona.
La agricultura vertical ayuda a hacer frente a las necesidades de producción y consumo actuales, contribuyendo a un menor y más eficiente uso de los recursos (agua, espacio de cultivo, nutrientes…). A su vez, podría permitir el uso de construcciones abandonadas para producir alimentos de calidad.
Sin embargo, tal y como señala Ecosiglos esta técnica también presenta desventajas y una de ellas es el excesivo uso de electricidad que se requiere para la iluminación LED. Por ejemplo, plantas como tomates o patatas medianas necesitarían aproximadamente 1.200 kWh de electricidad por cada kilogramo comestible.
Este gran coste energético es el principal cuello de botella de la agricultura vertical y conviene buscar soluciones como el uso de energías renovables, para evitar la gran cantidad de emisiones de CO2 asociadas al uso de la red eléctrica.
La inversión tecnológica y la innovación en la agricultura ayudará a la renovación del sector y a su evolución hacia sistemas más respetuosos con el medio ambiente.