El medio rural se alía con la economía circular para generar energía renovable

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junio 10, 2020

Ayudar a mitigar las consecuencias del cambio climático y adaptarse a sus efectos, así como producir energía sostenible es uno de los objetivos en los que España trabaja, en el marco del Plan Estratégico para la Política Agrícola Común (PAC). En los últimos años, las actividades agrícola, ganadera y forestal han logrado que la biomasa se convierta en una alternativa energética real. Se configuran así como una fuente de suministro de energía con un gran potencial de crecimiento.

La economía circular en el medio rural

En el campo es especialmente sencilla la adaptación a una economía circular, al trabajar sobre todo con procesos biológicos. Esta apuesta supone, además, una fuente de valor añadido al ir mucho más allá de la mera explotación de recursos naturales. Asimismo, la transformación del modelo productivo rural es el impulso que necesitan el resto de sectores para adoptar la circularidad.

Economía circular vs. economía lineal

Según señala el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación en el último borrador del documento de partida del Objetivo 4 de la nueva PAC (“contribuir a la atenuación del cambio climático y a la adaptación de sus efectos, así como a la energía sostenible”), el medio rural tiene un papel protagonista como fuente de energía renovable. De hecho, el sector agrícola produce ya el 4,9% del total nacional, y el forestal alcanza el 5,6%. Pese a estas alentadoras cifras y las importantes cantidades de biomasa que generan sectores como el porcino, el olivara, el hortofrutícola o el forestal, España se encuentra en los últimos puestos en el ránking europeo de aprovechamiento de recursos forestales y agropecuarios para generar energía eléctrica, térmica, biometano o biogás.

AGROPAL, un ejemplo de aplicación de la economía circular

En nuestro país hay varios casos de empresas y cooperativas que aplican los principios de la economía circular para producir energía. Así, en las bodegas y almazaras cooperativas se aprovechan los residuos y subproductos como combustible para las calderas. Es más, el hueso de aceituna es considerado por muchos la mejor biomasa que existe. Para cerrar el ciclo, los residuos finales y las cenizas se pueden aprovechar como fertilizantes.

La empresa cooperativa AGROPAL S. Coop., punto de recogida de SIGFITO, puso en marcha en 2014 una instalación de biomasa en la deshidratadora de forrajes de Villoldo. Allí se producen pellets a partir de la paja de cereal, que sirven como combustible para la fábrica de quesos Cerrato, en donde se instaló ese mismo año una caldera de vapor de biomasa, por lo que se reducen los gastos energéticos de la quesería a la mitad. Además se consigue una relevante reducción de las emisiones de C02 en la producción. Esto demuestra que la economía circular se configura como una clara apuesta por la sostenibilidad.

 

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