El papel de la mujer en el presente y futuro del sector agrícola

ACTUALIDAD | SALA DE ACTUALIDAD
 

marzo 12, 2020

La igualdad de género y el desarrollo sostenible rural van de la mano. El papel de la mujer es esencial para el relevo generacional en el campo y frenar así el despoblamiento rural. Aún así, en el diagnóstico de la igualdad de género en el medio rural del Ministerio se señalan desequilibrios que es vital salvar para garantizar el futuro del sector.

El emprendimiento rural, clave para superar la desigualdad

A día de hoy, existe una clara masculinización de la población rural. Además, el envejecimiento y la desigualdad en el reparto de tareas sobrecarga a las mujeres con un trabajo de cuidados que dificulta su participación política, social o laboral.

Pero, según la última Encuesta de explotaciones agrarias, con información del año 2017, la situación está empezando a cambiar. A lo largo de la pasada década,  las mujeres titulares de explotaciones agrarias crecieron un 2,5%, si bien más de un tercio son mayores de 65 años. Por esta razón es necesario dar apoyo real y facilitar la creación de empresas rurales. Así, el emprendimiento femenino se convierte en una gran oportunidad, tanto para el empoderamiento de las propias mujeres, como para mejorar sus altas tasas de desempleo, que superan el 40%. 

La igualdad de género es esencial para el desarrollo rural

A pesar de estas alentadoras cifras, a día de hoy la brecha de género rural es mayor que la urbana. Por ello el mayor desafío es evitar el abandono del medio rural por parte de las mujeres. La baja representación en puestos de responsabilidad y toma de decisiones es una situación que está cambiando poco a poco. Así, las mujeres están logrando la titularidad de explotaciones y arrancan iniciativas emprendedoras. Sin duda, para promover la igualdad de oportunidades, ha sido fundamental la Ley sobre Titularidad Compartida de 2011.

Para conseguir la igualdad real, es necesario:

Facilitar la titularidad o la cotitularidad de las mujeres de las explotaciones agrarias, sobre todo las familiares.

– Apoyar el cooperativismo femenino para alcanzar una representación igualitaria entre hombres y mujeres.

– Fomentar la formación para mejorar el acceso al mercado laboral tanto por cuenta ajena como emprendiendo.

– Estimular la actividad emprendedora femenina y el autoempleo.

El asociacionismo, una herramienta para la igualdad

Las organizaciones que impulsan la igualdad de género en el campo realizan una labor imprescindible de dinamización, transformación y desarrollo rural. Así, asociaciones como la Federación de Asociaciones de Mujeres Rurales (Fademur) dan visibilidad a la aportación de las mujeres en el mundo rural.

Con motivo de la celebración del 8 de marzo, han señalado las principales dificultades a las que se enfrentan las mujeres en el campo. Entre ellas destaca que las mujeres solo suponen el 3,5% de los integrantes de los consejos rectores. Además, son titulares de menos explotaciones agrarias que los hombres y las que poseen son de menor tamaño, lo que supone acceder a menos ayudas. De hecho, solo el 37,3% de los perceptores de ayudas de la PAC son mujeres, habiendo también desigualdad de género en los programas de desarrollo rural.

Revertir esta situación es un compromiso ineludible no solo para lograr la igualdad; resulta también una apuesta indispensable para el futuro del mundo rural.

 

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