¿Qué papel están jugando los agricultores en la crisis del COVID-19?

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abril 7, 2020

A pesar de la suspensión de buena parte de la actividad con motivo del COVID-19, agricultores, ganaderos y empresas agroalimentarias de toda España han continuado trabajando. La suya es una actividad esencial, que resulta imprescindible para garantizar el suministro de alimentos seguros y de calidad. Pero su compromiso con la ciudadanía va más allá, al colaborar en trabajos de desinfección de espacios públicos, aportar donaciones de material a sanitarios, de comida a transportistas o de parte de los beneficios de la venta de sus productos a Cruz Roja.

Cerezos y frutos

La necesidad de proteger la cadena de suministro de alimentos

El sector agroalimentario está comprometido con el aprovisionamiento de alimentos, asegurando el abastecimiento total. Se pone así de manifiesto la necesidad de apuntalar un modelo agrícola de marcado carácter social, centrado en la productividad, la eficiencia y la sostenibilidad.

Además, es imprescindible que las medidas tomadas por países de todo el mundo respecto a su comercio exterior, destinadas a frenar la expansión del virus, no interrumpan la cadena de suministro de alimentos. Nos encontramos con la limitación de la circulación de trabajadores del sector agroalimentario y con retrasos en las fronteras de los contenedores de productos, que aumentan el desperdicio y deterioran su calidad. Es necesario evitar restricciones en la exportación que puedan provocar desequilibrios en la oferta y demanda, así como repercusiones en los precios y escasez de alimentos. No interrumpir la cadena de suministro es clave para proteger a las capas de población más vulnerables y a los países menos favorecidos.

Una fuente de recuperación económica

La agricultura y la ganadería están demostrando que, a pesar de la demanda de alimentos sin precedentes, pueden ofrecer productos de calidad a precios sostenibles y bajo los estándares de seguridad alimentaria más exigentes. En todo momento ha estado garantizado el abastecimiento, con una rápida reacción del campo junto a la industria alimentaria y a la distribución.

Según ALAS (Alianza por una agricultura sostenible), el sector agrícola activó la economía española tras la crisis del 2008 y lo volverá a hacer en esta ocasión. De hecho, ha sido el sector que menos empleo ha destruido este mes de marzo, según datos del SEPE. Esto refleja que el campo es una actividad esencial y estratégica, algo que debe estar muy presente para la sociedad y en la administración. Asimismo, es necesario promover el consumo de productos locales frente a aquellos importados para poner en valor el trabajo de nuestros agricultores y garantizar sus sostenibilidad económica.

Aún así, hay que hacer frente a la falta de mano de obra por las políticas de confinamiento o por el cierre de fronteras, sobre todo de cara a las cercanas cosechas de hortalizas y fruta. Por esta razón el sector está a la espera del decreto gubernamental que apruebe la movilización de nuevos temporeros. Con la medida, se permitirá la contratación de parados y la renovación de permisos de residencia a trabajadores extranjeros para garantizar el abastecimiento y evitar el alza de precios.

 

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