Un nuevo modelo de cooperativa para afrontar el reto demográfico en Asturias

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agosto 12, 2020

La despoblación y el abandono de los territorios rurales son los grandes problemas a los que se enfrenta el Comisionado por el reto demográfico de Asturias, Javier Izquierdo. Para superarlos es necesario plantear soluciones a las trabas que se encuentran las personas que quieren arrancar un proyecto rural. Todo, con el objetivo principal de frenar la pérdida de habitantes que se produce año tras año.

Desconcentración urbana y repoblación rural

Así, se quiere presentar a las aldeas asturianas como lugares para vivir y trabajar, comunidades integradas que además ayudan en la gestión del territorio y aportan a la soberanía alimentaria.

Pero no se puede replicar el modelo anterior. La forma de vida en las últimas décadas ha cambiado mucho, y sin duda la tecnología y el concepto de tiempo libre deben estar presentes. Para ello, una alternativa es integrarse en cooperativas que garanticen una organización eficiente del trabajo, el reparto equitativo de los beneficios y los descansos, vacaciones y tiempo libre para todos sus asociados.

A través del Comisionado se pretende promover la creación de una red experimental de aldeas y pueblos que fomenten estos modelos económicos. En esta tarea se colabora con el gobierno vasco, para encontrar soluciones al reto demográfico entre todos.

Un nuevo modelo económico basado en el cooperativismo

Lo que es ahora un sector muy estable, como es el turismo rural, comenzó siendo un gran desconocido. Era la época en la que el único turismo que no se entendía otro que no fuera el masificado y focalizado en unos pocos destinos. Según el Comisionado, ahora mismo con las cooperativas se está en una situación similar. Hay que dotarlas de nuevas funcionalidades, revisar sus modelos organizativos, invertir en tecnología y en cultura. El objetivo, crear un nuevo tipo de cooperativa capaz de gestionar un nuevo modelo de aldea, consiguiendo rehabitar así el medio rural.

Con la crisis de la COVID-19, muchas personas se han replanteado su forma de vida. Buscar un proyecto acorde con los valores personales y que permita ganar en bienestar es sin duda una idea que ha cobrado fuerza con la pandemia. Por eso, es el momento de generar nuevos modelos sostenibles que permitan afrontar la crisis climática y la demográfica. Es el caso, por ejemplo, de la agroecología, una herramienta muy útil para reactivar territorios y generar empleo rural.

La aldea del futuro y las cooperativas TAC

Según Izquierdo, los habitantes de esa nueva aldea se dividen en dos tipos: aquellos que trabajan en la aldea gestionando el medio a través de la actividad agroecológica, con más rentabilidad y calidad de vida que los aldeanos del pasado, y aquellos que solo viven en ella y se desarrollan profesionalmente en un entorno más tranquilo y cómodo que el urbano, pero sin intervenir en la gestión de la aldea.

Así, se propone instaurar la cooperativa territorial, agroecológica y campesina (TAC). La meta es que se conforme como una unidad empresarial de producción y gestión del territorio, en el marco de la economía social y circular. Se diferencia de la cooperativa estándar en que no actúa sobre un sector de actividad, si no sobre una unidad territorial. Además, ofrece mucha más variedad de productos, si bien a una escala menor. Sus objetivos básicos son generar productos agrarios, gestionar los recursos del territorio y convertir a la aldea, de nuevo, en un foco de desarrollo.

 

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