Día Mundial del Suelo: proteger su biodiversidad, clave para luchar contra la crisis climática y garantizar la seguridad alimentaria

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diciembre 4, 2020

Cada 5 de diciembre desde 2014 se celebra el Día Mundial del Suelo con el que se quiere poner de relieve la importancia de proteger el suelo y de gestionarlo de manera sostenible. 

La campaña de este año, promovida por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), tiene como lema “Mantengamos vivo el suelo, protejamos la biodiversidad del suelo”, en alusión a la importancia que tiene proteger su biodiversidad y los ecosistemas que lo habitan.

Se pretende concienciar así a organismos públicos, empresas privadas, organizaciones ambientales y agrícolas, comunidades y ciudadanía de todo el mundo acerca de esta tarea. El suelo es esencial para la producción de alimentos suficientes y de calidad, por ello es indispensable promover el compromiso activo de gobiernos y organizaciones en su protección y en la mejora de su salud.

Según la FAO, el 95% de los alimentos que se producen provienen del suelo. Además, 815 millones de personas sufren inseguridad alimentaria y cerca de 2.000 millones no disponen de alimentos nutricionalmente adecuados. Una correcta gestión del suelo es fundamental para paliar esta situación, evitando también que aumente el porcentaje de suelos degradados, que ya alcanza el 33%.

Cubierta vegetal para recuperar y proteger el suelo

Sin duda las organizaciones internacionales, así como los propios gobiernos y los profesionales agrícolas se enfrentan a un enorme reto que debe guiar las prácticas en la agricultura. Mantener una cubierta vegetal —método que consiste en sembrar especies concretas o dejar que crezca espontáneamente para proteger el suelo de la erosión y reducir la evaporación— y apostar por la siembra directa son algunas de las prácticas más recomendables para conseguir la recuperación y conservación de los suelos.

Con la cubierta vegetal se logra proteger de la erosión provocada por el agua el suelo que hay entre los árboles. La cobertura, ya sea viva (vegetación espontánea o especies sembradas) o inerte, debe ser controlada para que no comprometa a los árboles al absorber agua o nutrientes del suelo. Con los sistemas de la agricultura de conservación no solo se reduce la erosión, también se potencia la biodiversidad y disminuyen las emisiones de gases de efecto invernadero.

Un buen ejemplo es la iniciativa “4 por 1.000”, que tiene como objetivo aumentar la cantidad de materia orgánica de los suelos y la captura de carbono a través de prácticas agrícolas adaptadas a las condiciones locales. Es el caso de la agroecología, la agrosilvicultura, la mencionada agricultura de conservación o la gestión del paisaje. Este proyecto, lanzado en 2015 durante la COP21, quiere demostrar que la agricultura y el cuidado de los suelos agrícolas son esenciales para aumentar la seguridad alimentaria y mitigar la crisis climática. Su objetivo es aumentar el secuestro de carbono por “4 partes por 1000 (4 por 1.000)” por año durante dos décadas.

Un proyecto relacionado con la implantación de cubiertas vegetales en los cultivos es la iniciativa Cubiertas Vegetales de Especies Nativas en Olivar (CUVrEN). Esta propuesta, promovida por el Campus de Excelencia Internacional Agroalimentario (ceiA3), ha sido liderada por la Universidad de Córdoba y participada también por la Universidad de Jaén. 

Se han empleado semillas nativas silvestres adaptadas a las condiciones agroclimáticas del olivar para construir cubiertas herbáceas en distintos tipos del mismo (tradicional, intensivo y en seto). Entre los beneficios obtenidos se encuentra un mejor control de biológico de plagas, la prevención de la erosión al disminuir la escorrentía y aumentar la retención de agua en el suelo, la reducción de competencia por agua con el cultivo, el incremento de materia orgánica en el suelo, la recuperación de la biodiversidad en el cultivo o la reducción de costes. Asimismo, se consigue disminuir la contaminación de las aguas por el arrastre de fitosanitarios y fertilizantes.

La protección del suelo, clave para la soberanía alimentaria y el medio ambiente

Sin duda, las prácticas agrícolas insostenibles, así como algunos métodos de tala y quema comunes en los países menos desarrollados, hacen que el suelo pierda nutrientes y que se erosione, llegando incluso a provocar la desertificación. Por esta razón, fomentar la aplicación de tratamientos del suelo para transformar suelos contaminados o menos útiles en suelos agrícolas es básico para su conservación, así como para mejorar su calidad y lograr con ello optimizar la producción de alimentos. 

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