Cada agricultor tiene su historia, y la savia nueva es el futuro de nuestros campos. Jóvenes que se han formado, que han vivido una gran evolución de los métodos tradicionales de cultivo y que ha visto cómo la tecnología se incorpora cada día más.
Ismael Navarro, Ignacio López, José María Iniesta y los integrantes de El Diario de un Agrónomo (Alberto, Antonio Jesús y Manuel) nos cuentan su experiencia, qué les hizo trabajar en el campo, como ven el presente y el futuro.
Unos jóvenes con las ideas claras
Ismael Navarro es de Valencia y vivió unos años en el extranjero “empecé a reconocer y valorar los productos agroalimentarios españoles. Allí me interesé por el sector en general y en particular por la situación en mi zona, con el cultivo de cítricos”.
En cambio, Ignacio López y José María Iniesta siempre han estado ligados al campo y decidieron seguir con el legado familiar. “Un día me dieron la oportunidad de hacerme agricultor y ahí empezó mi carrera. Me enamoré inmediatamente de este mundo”, apunta Ignacio. José María decidió seguir con la tradición familiar de abuelos, padre e hijos y con 17 años empezó a dedicarse a la agricultura.
La formación es clave ahora y en el futuro
Por otra parte, a pesar de que dedicarse a la agricultura necesite de pasión y ganas, la formación de jóvenes agricultores es esencial. Existen escuelas agrarias que se dedican a moldear a los futuros agricultores. Ignacio López forma parte de Olako Gestión Agroecológica, “trabajamos con una escuela agraria de Álava, pero consideramos que los alumnos no salen lo suficientemente preparados como para poner en marcha una explotación”.
José María apunta que la necesidad de una buena educación en este ámbito es esencial ya que “para estar al día hay que estar en constante actualización, porque la tecnología no para de avanzar”. También desde el Diario Agrónomo hacen hincapié en la necesidad de tener en cuenta los avances tecnológicos y como esto puede ayudar a maximizar los resultados en el campo.
«La agricultura es la profesión propia del sabio, la más adecuada al sencillo y la ocupación más digna para todo hombre libre».
La formación y la práctica son esenciales para Ismael, pero lo principal es el reconocimiento de la figura del agricultor “como una profesión seria y esencial para todos”.
No todo el campo es orégano
Una vez que la formación no es un problema, existen barreras que dificultan el acceso a la compra de explotaciones o al arrendamiento de estas. Esto ha provocado que la mayoría de agricultores con tierras cultivables las hayan conseguido por relevo generacional. “La mayoría de los jóvenes que se incorporan al sector es debido a que la familia ya se dedicaba directamente a la agricultura” apunta el Diario Agrónomo, “las subvenciones que dan a los jóvenes no son suficientes para iniciarse”. Para José María otra gran limitación es la problemática que supone la burocracia, así como las bajas remuneraciones por la producción, “es una barrera muy grande superar todo el papeleo, además actualmente los precios del fruto son excesivamente bajos y los terrenos muy caros”.
El agricultor valenciano, Ismael Navarro, lo tiene claro, “es necesario la eliminación de las cargas fiscales por heredar, comprar o arrendar terrenos, también se debe eliminar las trabas burocráticas y por supuesto se tiene que estimular económicamente que personas mayores con muy baja producción vendan o cedan sus terrenos”.
La movilidad europea y el relevo generacional
El año 2018, el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente puso en marcha “Erasmus Agrario”, una iniciativa de la UE, con el objetivo de impulsar el relevo generacional en el campo.
José María explica que se trata de una muy buena iniciativa, pero con algunos problemas básicos “ponen muchos impedimentos, piden que seas menor de 41 años y que te hayas incorporado después del 2015”. Por otro lado, Ismael Navarro apunta que “como cualquier otra actividad, el conocimiento y el aprendizaje en otro país incrementa la capacitación formativa, así como el conocimiento de otras lenguas”.
Desde el Diario Agrónomo son conscientes de que la tecnología no deja de avanzar en el sector de la agricultura y es esencial conocerla y aprender de otras personas, “en todos los sitios aparecen numerosas variedades de cultivos y nuevas técnicas. El Erasmus Agrario favorece el conocimiento de estas mismas, enriqueciendo a los nuevos agricultores e ingenieros para un mejor futuro”.
El objetivo del Erasmus Agrario, el relevo generacional, sigue siendo uno de los principales problemas en el mundo rural en España. Pero los agricultores explican que lo principal es la baja remuneración del trabajo. “La rentabilidad económica es el problema principal, pero también deberíamos potenciar la presencia de jóvenes en órganos de dirección de cooperativas o asociaciones agrarias”, explica Ismael.
“Los bajos precios de los productos hacen que el sector sea poco atrayente para los jóvenes y quizás con una mejor regularización veríamos más incorporaciones”, remarca el Diario Agrónomo.
También coinciden en la importancia de transmitir la belleza del sector y de su trabajo en la sociedad, desde el Diario de un Agrónomo destacan que “hacer llegar a los jóvenes lo bonito del sector y lo imprescindible que es nuestra profesión”. Ismael remarca esta perspectiva, “destacaría el crecimiento personal y humano que uno tiene cuando es agricultor, además uno se hace más solidario y consciente con el medio ambiente”.
El futuro de la agricultura
La problemática del cambio climático afecta a todos los sectores, pero especialmente a la agricultura y a los campos en España como ya han constatado varios estudios. La innovación es clave para una mejora en la sostenibilidad de la producción de alimentos. José María explica que “la tecnología nos ayuda a optimizar nuestros recursos, como el agua o el consumo de combustibles, esto conlleva una reducción de emisiones de gases nocivos”. El Diario de un Agrónomo remarca que “el futuro de la agricultura está en un equilibrio entre rentabilidad y cuidado del medio ambiente”.
La cadena de suministros alimentarios y la ciencia se unen para mejorar el rendimiento de los campos y combatir el cambio climático pero nuestra primera línea son los agricultores que trabajan en el campo y que llevan alimentos a nuestros hogares.
Desde Sigfito creemos que es fundamental fortalecer la formación en nuevas tecnologías, métodos de cultivo y por supuesto, apoyar a los jóvenes agricultores para que haya un relevo generacional real.