octubre 4, 2023
El proyecto Bioterreta presta un servicio de custodia de las tierras para los dueños y agricultores que no desean o no pueden continuar con la actividad agraria de sus explotaciones. Jordi López, responsable del proyecto nos cuenta como logran recuperar estas tierras y fomentar el relevo generacional para que la agricultura no se convierta en una profesión extinta.
¿En qué consiste el proyecto ?
La iniciativa nace en 2016 con la finalidad de dar respuesta al alto abandono de tierras de cultivo y actividad agraria en las Comarcas Centrales de la Comunidad Valenciana. En sus inicios y a medida que se iba profundizando en el conocimiento del ámbito rural y sus gentes, se determinó que el problema era más grave de lo que aparentemente observamos, se requería de una visión integral y completa en el análisis de esa situación. Al articular el proyecto, Bioterreta debía entenderse y servir como una “herramienta de herramientas” que desde un enfoque holístico buscara mecanismos eficaces para la recuperación de tierras y frenar el abandono tan generalizado. Estas herramientas, además, para dar una solución real, debían vertebrar aspectos socioeconómicos, medioambientales y culturales. La primera de las cuestiones que se abordó fue cómo dar continuidad o retomar la actividad agraria por parte de aquellos propietarios que, sin tener la voluntad de desprenderse de sus tierras, no podían trabajarlas. Se estudió en profundidad la legislación y normativa agraria vigentes, siendo de gran ayuda el soporte realizado por la abogada y profesora en Derecho Ambiental de la Universidad Politécnica de Valencia, Gloria Doménech Martínez. Tras este trabajo, se diseñó un tipo de acuerdo de custodia basado en leyes de rústico y de las aparcerías, que favorecía a las tres partes: propietarios, tierras y sostenimiento
del proyecto.
¿Cómo se financia y cómo funciona ¿Es sólo autonómico? ¿Recibe alguna ayuda de la administración?
La puesta en marcha del proyecto se financió con recursos propios de los miembros de la Asociación. Durante la primera fase (tres años) quisimos comprobar que el proyecto era autosostenible sin ayudas externas. Una vez testado, solicitamos ayudas de la PAC que aunque son más bien simbólicas ayudaron a financiar algunos trabajos del proyecto. El manejo y la gestión de las explotaciones, se ha basado en todo momento en los pilares de la agroecología y siguiendo modelos de la economía circular, persiguiendo una forma eficiente de rentabilizar cada parcela por pequeña que fuera. Desde las administraciones locales y autonómicas no hemos recibimos ninguna ayuda directa, la realidad es que pocas entidades públicas locales de nuestra área de influencia han mostrado interés en ayudar o cofinanciar el proyecto a diferencia de otras regiones del país que sí se han interesado en nuestro sistema de trabajo de valor compartido, nadie es profeta en su tierra…
¿Cómo se identifican las parcelas en vía de abandono?¿Cuál es el proceso ¿ A quién pasa la propiedad?
Durante el primer año las parcelas se identificaban mediante la difusión del proyecto a través de publicidad tipo póster en los municipios con mayor tasa de abandono, las peticiones fueron tan altas que no podíamos prestar el servicio correctamente, necesitábamos de mayor infraestructura para el manejo de las tierras. Con el tiempo hemos diseñando un sistema combinado de observación satelital (Sentinel 2) y observación fenológica a pié de campo que nos proporciona información de las áreas de mayor abandono, una vez identificadas nos ponemos en contacto con el propietario aunque normalmente es al revés, el propietario nos demanda este servicio en su parcela. Aprovecho para comentar algunos datos relevantes; si en el año 2016 la Comunidad Valenciana encabezaba el ranking de tierras de cultivo abandonadas con 162.896 hectáreas, en el pasado año 2022 se superó las 171.386 hectáreas, sólo en nuestra comarca (La Vall d´Albaida) la tasa de abandono alcanzó el 38% y la media en las comarcas colindantes fue del 32% con tendencia alcista, la pérdida de soberanía agraria y alimentaria es una triste realidad. Volviendo a la cuestión inicial, la propiedad de las parcelas se mantiene siempre con el propietario, nosotros sólo usamos sus recursos y los revalorizamos, el hilo conductor de este proyecto es fomentar la economía triple impacto y del bien común.
¿Cómo se trabaja en una parcela incluida en un proyecto? ¿ Los gastos corren a cuenta de la Asociación? ¿Se generan suficientes beneficios?
El manejo y la gestión de las explotaciones, se ha basado en todo momento en los pilares de la agroecología y siguiendo modelos de la economía circular, persiguiendo una forma eficiente de rentabilizar cada parcela por pequeña que fuera. En cuanto al manejo del suelo y de los cultivos (con predominio en las explotaciones de olivos, algarrobos y almendros), se implementa un plan de prácticas culturales basado en la sostenibilidad, primando una mayor observación y acompañamiento a los ciclos naturales de los cultivos, frente a las intervenciones sistemáticas propias de los modelos convencionales. Se focaliza en la gestión del suelo desde un punto de vista regenerativo, teniendo como objetivo potenciar la microbiología y la fertilidad del mismo. Paralelamente, las parcelas se inscriben en el registro de Producción Ecológica para su certificación.
Desde las parcelas en custodia y certificadas se producen todos los productos que naturalmente ofrece la tierra; aceitunas y aceite ecológico, algarrobas y harina, hierbas comestibles y aromáticas, biomasa en formato de leña, frutas y verduras tradicionales. Todas las parcelas están conectadas y “auxiliadas” por pequeños obradores compartidos distribuidos por diferentes municipios de las comarcas que ayudan a revalorizar ese producto obtenido y evitando las cadenas de distribución convencionales. Los productos obtenidos se distribuyen a través de nuestra plataforma de venta en circuito corto de comercialización. Los beneficios se distribuyen proporcionalmente entre los propietarios de las parcelas en forma de alimentos producidos o se monetizan, como mejor les convenga. Otra parte de esos beneficios se utilizan para el mantenimiento anual de las parcelas, servicios de los trabajadores y de la Asociación.
¿Qué proyectos ambientales se implementan en el proyecto?
Bioterreta en sí misma se puede considerar un proyecto agroambiental en el que combina todas esas herramientas (custodia agraria, agroecología, economía circular, obradores alimentarios , tecnología aplicada y trabajo colaborativo en Red) con la finalidad de preservar los agrosistemas y su biodiversidad. Es un proyecto muy centrado en revalorizar el tan denostado minifundio mediante concentración parcelaria y una gestión muy precisa de las actividades, cabe recordar que este tipo de estructuras parcelarias favorecen el desarrollo de la biodiversidad vegetal y animal. Además, intervenimos en la protección de árboles monumentales que se hallan en algunas de las fincas custodiadas, ya que, en muchos casos, se desconoce el valor patrimonial de estos ejemplares quedando abandonados o directamente condenados a una tala segura. En 2021 se trabajó en la elaboración del proyecto de puesta en valor del recurso turístico, medioambiental y cultural del área protegida de la Font de la Barsella y los Abrigos Rupestres del Barranc de les Coves, en el municipio de Salem (Valencia) y en el presente año hemos participado en el proyecto Soilcare junto al Instituto Tecnológico del Plástico de Valencia (AIMPLAS) en el desarrollo de nuevos productos de plasticultura a partir de restos de
podas de mantenimiento de las parcelas custodiadas.