Una investigación española sigue el rastro de los microplásticos hasta el compost

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enero 26, 2022

Un grupo de investigadores españoles de la Universidad de Alcalá de Henares y de la Universidad Autónoma de Madrid han registrado la existencia de microplásticos tan pequeños que quedan en suspensión en la atmósfera y pueden viajar grandes distancias hasta depositarse en el suelo, donde pueden llegar a trasladarse al compost o los sustratos mismos de la tierra.

El estudio, publicado en la revista Science of The Total Environment, analiza la presencia de plástico en el compost mediante un proceso de separación e identificación que consistió en la oxidación y flotación, seguido de una identificación espectroscópica. Los resultados mostraron una concentración de impurezas plásticas en el compost seco. De ellos, cinco polímeros representaban el 94% de los restos de plástico: polietileno, poliestireno, poliéster, polipropileno, cloruro de polivinilo y polímeros acrílicos, por orden de abundancia.

El informe también analiza la cadena de reaprovechamiento de residuos sólidos urbanos que se utiliza en suelos agrícolas como fuente de materia orgánica y nutrientes, cuyo uso evita el vertido o la incineración siguiendo los principios de la economía circular.

Estos residuos pasan por plantas de tratamiento que los preparan para que puedan ser aprovechados como materia prima, y ahí el estudio señala en sus resultados que las plantas más pequeñas, con sistemas de recogida puerta a puerta, produjeron compost con menos microplásticos.

Un dato positivo es que no se encontraron restos de bioplásticos compostables en ninguna de las muestras, lo que significa que si se compostan correctamente su uso actual no contribuye a la propagación de la contaminación y los residuos. Un análisis que por lo tanto avala la importancia del reciclaje y la gestión de envases y residuos en el marco de la economía circular en todos los entornos, incluyendo el sector agrario.

El estudio también señala que la principal solución es utilizar los materiales de plástico de forma adecuada, fomentando su recogida y reciclaje.

Los autores, defienden en una entrevista para el departamento de comunicación de la Universidad de Alcalá que “el plástico no es malo, es un material muy útil para nuestra vida cotidiana, pero hay que potenciar su uso con garantías, reducir la cantidad de plástico, sobre todo el de un solo uso, que ya es un paso muy importante. Esto, junto con la correcta gestión de sus residuos para minimizar al máximo su presencia en lugares inadecuados, parece ser las claves para reducir la aparición de los microplásticos en el medio ambiente”, sostenían.

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